La cuenta regresiva para la llegada de la primavera ya se inició porque esta temporada comenzará el próximo jueves 20 de marzo y concluirá el 20 de junio. Su impacto se da en todos los aspectos y en el mundo de la jardinería tiene un rol estelar porque beneficia en el florecimiento de las flores.
Si deseas darle un nuevo aspecto a los espacios verdes de tu hogar, hay tres plantas que son perfectas para esta temporada de calor porque son resistentes al sol; además, sus flores serán el ornamento natural para darle vida y color a tu casa, aseguran expertos en el tema.
La periodista Sonia Dorado compartió mediante un artículo para la revista El Mueble que estas tres opciones de plantas son la lavanda, el jazmín y las petunias. Las tres se caracterizan por sus flores y también porque son plantas aromáticas, así que el hogar se impregnará de sus notas de olor.
Lavanda, una planta de fácil cuidado
De estas tres plantas, la más fácil de cuidar es la lavanda, se asegura en el sitio Compo. Necesita riego mesurado, lo que reafirma que es ideal para los espacios abiertos y las altas temperaturas; de hecho, esta planta aromática necesita estar en espacios donde el sol dé directamente. Lo más importante es mantener el sustrato húmedo y lo conveniente es regarla en las mañanas o las noches para que aproveche los beneficios del agua.
Cuáles son los cuidados del jazmín
En los jardines primaverales siempre se incluyen plantas de jazmín que cuenta con 200 variedades, se informa en el sitio Verdecora. No pasa desapercibida por sus flores blancas, además de que es una planta trepadora y, por ende, es perfecta para vestir muros. Entre sus cuidados destacan tres: exposición total al sol, riego abundante -sobre todo en la primavera y el verano- y procurar que tenga un buen drenaje de agua.
Cómo lograr que las petunias tengan muchas flores
Uno de los atractivos de la petunia son sus flores porque se dan en diversos colores, yendo desde el blanco hasta el violeta. Para que su florecimiento se dé adecuadamente en el sitio Compo se sugiere un riego abundante. Nunca les debe de faltar agua porque evaporan y transpiran grandes cantidades, lo que aumenta durante la primavera y el verano.
